martes, 5 de octubre de 2010

Mi problema con las mujeres

A veces me distraigo pensando en todas las chicas que podrían ser mi novia o tener una aventura conmigo. Tal vez esa amiga de la infancia que te reencuentras una tarde de domingo cuando tú ya olvidaste que tuviste infancia. Esa presentadora de televisión que cuando aparece en antena le dices a tus amigos, no es guapa pero tiene algo... y te responden, sí, tiene algo... tal vez lo que tiene es que sale en la tele. Esa bajista del grupo que odias pero que si ella te preguntara qué te parece su grupo le dirías, está guay, con cara de jilipollas. Esa novia de tu amigo, de la que estando a solas mantienes la falacia mental de que no está contigo porque tú no quisiste. Esa ex novia, que piensas que aunque pasen mil años sigue colgada de ti, maldito ignorante, sólo porque hace diez años lo pasó mal durante unos meses cuando lo dejasteis y tú no lo pasaste tan mal. Esa amiga que te encuentras cada día cuando vas al curro y cada noche que sales en el mismo garito, que te dice tómate otra, no?? y tú piensas pues... en eso... que la cosa está fácil y en realidad lo que no quiere es quedarse sola mientras espera a su nuevo amante. Y esa amante de tu amigo que crees que tiene una lista de nombres de tíos a los que tirarse y el siguiente, después de tachar a tu amigo, serás tú. Una fan de tu banda a la que llevas observando durante todo el concierto y que te encuentras en la puerta de tu camerino con un disco y un bolígrafo y te pregunta que si queréis salir a tomar algo al bar de su novio que ponen muy buena música. Esa amiga separada de tu madre, con dos hijos, que de la primera hostia que te da el más pequeño tienes ya para todo el año. Imagino diciéndole, déjalo todo y vente conmigo a mi casa de alquiler, creo que tengo cebolla en la nevera, sólo una condición, apaga el calentador antes de dormir porque sino gotea y me pone la cocina perdida, pero te amo... Esa compañera de carrera que sigue pensando que eres maricón porque cruzas las piernas cuando te sientas. 
Pero en lo que se detiene mi pensamiento después de tanta turbulencia es en la verdad de que no te quiere a quien tú quieres y tú no quieres a quien te quiere querer. 
Y a tomar por culo.

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