viernes, 15 de noviembre de 2013

Europa

Tal vez debiera escalar esa montaña, y con mimo, dejarme caer. Esa montaña lejana e invisible, llena de nieves huecas, que son decorados. Tal vez debiera asociarme con todos, para luego traicionarlos, todos los demás de alrededor, los que por aire dividimos. Tal vez debiera negar lo innegable y ensayar sobre ello, convencerme del sí. Tal vez debiera derrumbar la oligarquía, siendo parte de ella, camuflado con un traje de conejo. Cambiar el nombre de Europa, tacharlo, quemar sus sagradas escrituras. Aquí andamos, soñando con imposibles, avanzando en la niebla, en esta Europa tardía, canosa y tonta.
Desde la precariedad, yo.

domingo, 23 de junio de 2013

César.

Bien, descontento con el tintineo de las fugaces esperanzas que asolan de pánico el asfalto, porque lo que hay por aquí no son derrotas sino esperanzas que no llegan, desvirtuadas sonrisas que no cumplen propósitos sino que encierran dientes, dientes y vísceras mal olientes. La derrota es un lugar raro, en el que pocos desean estar, pero es un lugar, como cualquier cuartucho de hotel, un lugar en el mundo. Lo peor son las sorpresas rancias y el desanimo de no conocer tu lugar, de querer abrir las ventanas y saberte calado hasta los huesos con un temporal del demonio.

Os pusisteis vuestras mejores chaquetas azules y vuestros mejores pantalones cortos, "shorts" les llamáis. Animasteis vuestras fiestas de graduación, vuestras primeras nupcias, vuestras comilonas anunciando a vuestros vástagos antes incluso de ser garbanzos acaso, vuestros primeros coches, vuestras llaves de casas, residencias, vacaciones, retiros, lagos, montañas, playas, centro, afueras, vuestros divorcios, los alegres divorcios, ascensos, descensos, graduación de inútiles hijos, bodas, nietos, mierda, toda esa mierda que os gusta a vosotros. Animasteis vuestras fiestas con música abominable, con vestidos horribles, con bebidas de dibujos animados. Y yo os vi, os vi de lejos, sabía que no podría estar solo, que vosotros no erais de los míos. Me sentí dichoso cuando me nombrasteis el excomulgado del año al no querer entrar en el embudo, al no llamar "shorts" a los pantalones cortos, por favor, cada risa vuestra fue un paso más alejado que yo daba, fuera del círculo, confié en todos aquellos que no conocía pero que sabía que estaban conmigo. Para vosotros perdí, para mí gané.

¿Derrota?, dudo cada vez más de las palabras, así que no califico ya casi nada de mi estado mental normal. Según vosotros he perdido, según yo, al estar lejos de vosotros, soy el puto César.

lunes, 3 de junio de 2013

El infierno era esto

Todo esto es tan difícil como escalar el Everest a la pata coja y totalmente borracho. 
Mi torre es alta, hecha de piedras gruesas, pasan huracanes por mi lado, destruyen y erosionan, pero no derrumban la torre. Esto es una lucha encarnizada de hachas, actitudes, fotografías, deseos, talento, dudas, sudor, sangre y dinero. 
Todos estos años, después de los huracanes, de las heridas y de la ruina, uno sigue pensando que hay algo bueno detrás de todo esto. El legado, la obra. 
Pero nadie la quiere. 
Tocar ante un auditorio del que piensas que estaría mejor en otro lugar, en otra situación, la lucha por abrir oídos es una lucha en la que ya no quiero participar. Estoy tan cansado que ahora yo soy el auditorio y creo que me estáis molestando, no quiero tanta información de vosotros.
A veces uno piensa que está en este oficio de sobrevivir escribiendo canciones porque es su fin en la vida, porque es lo único que sabe hacer y lo único que sabe hacer bien, porque todo lo demás lo estropea, lo hace añicos. 
Ahora mismo me importa una absoluta mierda que escuchéis mis canciones, que vayáis a nuestros conciertos, hay un muro entre yo y vosotros, estoy en el campo de batalla haciendo aspavientos con mi guitarra, gritando y sudando y mis rivales, vosotros, dados de espaldas. 
Tal vez estoy aquí para perder con cierta dignidad y tal vez vosotros estáis aquí como el médico del demonio que cada día inyecta una pequeña dosis de heroína en el paciente yonqui, para que nunca se cure y para que nunca se enganche demasiado, para que poco a poco se vaya destruyendo mientras os bendice con un beso en la frente.

miércoles, 29 de mayo de 2013

A veces soy...

Uno cree que su trabajo es algo así como necesario, ya no importante, que a veces, elegir entre manzana y canción es un duelo de moralidad, conciencia y valentía incontrolada. Saberte encabezando revueltas con una guitarra de palo, o tal vez enrolado en una milicia de poetas a los que les araña un oso la tripa pero que gritan al unísono, sin director, ni partitura.
A veces, pienso que mi vida es de alguna manera real, que mi discurso es valiente y que mis canciones sirven, para lo que sea, pero sirven.
Pero muchas veces, cuando ando en casa y veo algún concierto de mis grupos favoritos en televisión, casi todos ya podridos en una tumba, apago el volumen con el mando a distancia, y sus movimientos ya no sirven, no tienen sentido, es totalmente ridículo y de un absurdo apabullante. A veces, creo que ese es mi trabajo, ese movimiento ridículo, ese absurdo apabullante.

miércoles, 3 de abril de 2013

El centro matemático

Si las calles se anudan, una a una, como densos torniquetes de cadenas, como pesados luchadores de sumo, veloces a veces, cansados otras. Si las calles transformaran la ciudad en redes ficticias, celdas de caza de atunes, cajas de Ikea, tal vez como barrotes de Reading pero en círculo, me entendéis. Como una máquina de recogimiento. ¿Quién quedaría en el centro? ¿El bueno, el feo o el malo? El guapo ya sabemos que no.
¿Quién, en el centro perfecto, matemáticamente, sería el más atormentado por el peso de los demás?
Oh, si las calles se hicieran celdas de contención, yo quiero ser el que cierre la red. O el del centro, tal vez.

lunes, 4 de febrero de 2013

Manifiesto


- Jean Paul hace música por un amor leal al arte de hacer canciones y al arte de escucharlas como merecen serlo.

- Jean Paul no está en la industria del disco.

- Jean Paul no volverá a tocar en directo bajo las estrictas normas de lo que ahora se llama industria musical, entiéndase, desembolsando capital para realizar su trabajo legítimo. No comparte en absoluto la filosofía de los espacios destinados a estos menesteres en los que esto ocurre.

- Jean Paul entiende que para poder seguir ofreciendo sus canciones debe obtener el capital suficiente para dar continuidad a su trabajo. Por esto no ofrecerá sus canciones en directo a menos que sea compensado suficientemente para que al menos sus componentes puedan comer, cenar y dormir de una manera digna durante el tiempo estimado para llevar a cabo esos conciertos.

- De igual manera, si esta compensación ocurriera, Jean Paul se reserva el derecho de rechazar el acudir a dicho evento si las condiciones no son las dignas para que nuestro público pueda disfrutar de un concierto de este tipo.

- Jean Paul solo ofrecerá conciertos, aparte de los mencionados anteriormente, de forma gratuita en tiendas de discos, librerías… sin sobrepasar la media hora de concierto.

- Jean Paul no volverá a editar discos en formato cd, entiende que su música necesita de cierta unicidad y la única manera en la que esto se produce, según Jean Paul, es editando vinilos de una forma muy limitada. No más de 300 copias. Jean Paul opina que de esta manera, el real consumidor de discos obtendrá una pieza ajena a la industria y de un valor sentimental mucho mayor que la media. Jean Paul se compromete a nunca reeditar sus discos, con la excepción de que dicha reedición sea para pasar algunos de sus discos de formato cd a formato vinilo.

martes, 15 de enero de 2013

La necesidad de la ficción

La poesía de una hoja al caer de un árbol sin nada que perder, una hoja asfixiada por el martilleo constante de las horas, la carne, la carne que a veces es ley y otras poesía. Lo inexplicable, tal vez, sea una forma de poesía. Que contra todo pronóstico camines sobre geometrías de cristales rotos, barro y basura de huelga y salgas vivo y con el camino hecho, que el receptor conozca el sufrimiento del emisor y que los vientos no cambien el significado del discurso, que llegue tal y como lo pronuncié a tus oídos, ya negros, por las melodías angulares de televisiones privadas. Que se alcen en ejército los mancos de los dos brazos y creen un partido que no tenga puños en altos ni engorde por sustracciones, que seamos libres, eso sí que es poesía. La poesía es ficción y la ficción poesía, aunque crea hasta la extenuación que es real. La necesidad imperiosa de la poesía, del uno entre un millón. Ser uno de los que no quisiste ser y seguir pensando que aún puedes escapar, también es poesía. Hacer canciones y no pensar en vosotros, también es poesía, una poesía dulce y olorosa, casi palpable, tan digna como algunas madres. La necesidad de la ficción. Joder, eso sí que es poesía. Coño !!!!