lunes, 31 de octubre de 2011

Giacometti, Brel y toda esa mierda.

En una extrañeza que de gatos se tiñe, como los sacos hondos donde guardas todas tus pertenencias, cuando pasas la tarde y la noche del principio de todos los días con Mathilde de Brel en la cabeza y la punta de los labios, siempre parada en el mismo punto que juras conocer a la perfección y que nunca consigues recordar. Parece que nunca está empezando, que siempre se permanece, ni empezamos ni finalizamos, somos los Giacomettis, los inacabados inempezados, un bosque de figuras aupadas en pedestales, separadas por la estructura que se adivina jaulesca y que luce un escaparate infiel a la libertad. Un saco de arena, ahora sin tus pertenencias, cuál es el principio y cuál es el final, qué grano el uno, qué grano el infinito. Como un espejo en el que se reflejaron todas las incertidumbres del siglo XX salivo y me preparo otra vez (ahora sí, malditos) a cantar a todo pulmón y poner la boca rancia de Brel, pero nunca es el comienzo y sí el intermedio o centro, depende del compañero que te preste su oído. Me siento en ese momento como aquel que fue expulsado del grupo de los surrealistas, qué trágico suceso y qué arrojo realista, aferrado tal vez a la locura le dio pie a ser el cáncer de un grupo de locos.

domingo, 23 de octubre de 2011

Alberto y la tormenta matutina

Antes era muy viejo pero soy más joven ahora.
Nunca fui agraciado en nada que no tuviera un significado inútil. Podría tener una habilidad extrema para hacer trucos de magia y hacer aparecer y desaparecer objetos, hasta incluso personas. Podría haber mantenido firme la trayectoria y tener un puesto en correos como dios manda, hacer feliz a mi madre y no buscar en mis bolsillos para daos otra colección de miserables y estúpidas canciones y esperar, esperar, esperar... Pero no, quería que mis sentidos enloquecieran y ver amaneceres y anocheceres sin descanso, ir más allá de lo que fue nadie y descubrir el cómo y el porqué y empeñarme en hacerlo yo también, al menos con la dignidad que lo hicieron ellos. Cohen, Waits, Kerouac, Ginsberg, Ray Charles, Richard Manuel, Beethoven, Glenn Gould, Albert Caraco, Bukowski... Camus decía que cuando sólo fuera un escritor, dejaría de ser escritor. Yo ahora sé que sólo soy una cosa, que ahora no tiene nombre para mi, ni siento la intención de nombrarla, algo en lo que he empleado toda mi vida y que moriré haciendo. Pero si Alberto tenía razón, ahora mismo no soy nada, porque sólo soy algo y eso es triste, algo en lo que ya casi nadie cree.
¿Sólo algo o sólo nada?. 
¡Alberto hijo de puta!

miércoles, 5 de octubre de 2011

De Granada y bichos

Demasiado tuvieron que cargar los gatos con todas esas historias sobre el diablo, luego la divinidad y cuando los momificaban y demás. Ahora cualquier colectivo salvaje de gatos es un rollo parecido a las SS. Sabéis lo de las ballenas, al parecer saben cuándo van a morir y buscan su lugar para tal fin, algo parecido pasa con los elefantes. Y esos insectos despreciables que, tras aparearse se deslizan sobre un narcótico sentimiento cuyo fin es morirse, así, como suena, morirse. Luego están los destinados a morir en las fauces de los más solitarios asesinos a sueldo, son como ejercicios de entrenamiento para, después de una siesta entre árboles, analizar cada una de las flaquezas del desgraciado y pulir el ataque, refinarlo y limpiarlo de impurezas y todo eso.
Algo parecido sucede en esta ciudad en la que el destino me trajo. Estamos tan acorralados y perseguidos, que casi siempre me siento hijo del mismísimo demonio, o una gorda ballena que ya vislumbra su cuna de sal, arena y algas podridas.

martes, 4 de octubre de 2011

Para no hacerme viejo (5)

con Lapido:   Bilbao // Viernes 7 de Octubre // Kafe Antzokia
                       Madrid // Sabado 8 de Octubre // Sala Caracol
                       Almería (Huercal Overa) // Jueves 13 de Octubre // Sitio a determinar
                       Barcelona // Viernes 14 de Octubre // Auditori (Sala Tete Montoliu)
con Matt Epp:  Granada // Jueves 20 de Octubre // Sala Planta Baja