miércoles, 19 de enero de 2011

Fin de temporada

La noche en que el salitre me pareció más asqueroso que nunca (odio la playa) no era temporada alta. Yo había cambiado las cuerdas de mi guitarra hacía dos días (estuve ahorrando para comprarme esa guitarra casi un año) y al volver de la playa parecían cordones de zapatos. Reconozco que fumé como un auténtico hijo de puta y bebí tantas cervezas como me fue posible (es el lujo, a parte de ganar pasta por un tubo, que tenemos los músicos, el beber de gratis en los conciertos). Sobre las cuatro de la mañana, todo me parecía una mierda más de lo habitual y mi desgana por seguir la línea trazada se acentuó hasta el infinito. Tú merodeabas por allí, tu noche. Una de tantas. Y bien merecida, por supuesto. Yo salí del garito con mi guitarra a cuestas y me acomodé cerca de una chumbera descuidada, balbuceando. Nos metimos en un coche, volvíamos a casa (la casa que abandoné hace varios meses). Aposté por el riesgo, qué bien, y cogí tu mano en el trayecto. Te quedaste en casa, bebimos de una botella medio vacía que andaba entre las obras completas de Kafka (regalo de una de las pocas personas que echo mucho de menos). Las cajas de las pertenencias de mi ex rondaban todavía por la casa, la que había sido de los dos durante cinco años. Y me preguntabas y te respondía. Te fuiste. Volviste. Y te quedaste. Durante meses fuiste absolutamente el centro de mi pensamiento, te bombardeé el móvil con mensajes de ganas de volver a verte. Algunas respuestas, no muchas. Te volví a ver pasado bastante tiempo (en otro garito, apestado de estrellas de rock), pero ya eras otra y yo otro, aunque con coletazos de lo que fui. Ahora básicamente me importa una mierda mi pasado emocional. Pero sigo deseando que tu vida sea un camino de rosas frescas. Te hice una canción, sobre un tipo dentro de una ballena, ese tipo soy yo. No he cambiado ni una sola frase de las que escribí en ese momento. Ahora que lo pienso, creo que todas las canciones que hice desde ese día son para ti.

P.d.: Te mandaré la canción.
P.d.(2): Te mandaré las canciones.
P.d.(3): Bueno, no sé, creo que no.