jueves, 28 de octubre de 2010

Entre interrogantes

Y si me adentro, con cara de explorador, en las noches cubiertas de un tosco y opaco cielo a buscar la cara que quiero buscar y soltar, de una bocanada, lo que quiero soltar, en lugar de escribir casi anónimamente este ridículo e inservible texto.
Y si en vez de refugiarme entre libros y estufa decido, que ya va siendo hora, recitar de memoria lo que hace tiempo ronda por mi cabeza, ya sabéis, delante de esa cara, en vez de tocar la sonata número dos de Prokofiev sobre el teclado de mi ordenador.
Y si en vez de hacer canciones hiciera la vida.
Y si en vez de pensar no pensara.
Y si, como decía aquel, "si el mundo es un delirio, yo no" y me alejo de la ley de la gravedad y de la gravedad del asunto para flotar sobre ascuas y vivir plácidamente.
Y si me pongo mi traje de superhéroe y creo que soy el salvador de la humanidad, creeriais que sería todo igual para mí.
Y si doy carpetazo y archivo la nostalgia del calor de otras manos y me dedico a hacer pan en medio del monte, con un perro, un vaso de leche y un disco de Lester Flagg.
Y si todo lo que ronda por mi mente es mentira, qué sería de mí, y si es de verdad mentira, y si tienen razón todos los que aborrezco.
Y si el tremendismo de los malos toreros es en realidad lo que me está sucediendo.
Y si de una vez por todas hay alguien con el valor suficiente para que por una vez no sea yo el arriesgado y el ridículo y me abracen por la espalda y por sorpresa y sienta cómo es la fe de los equilibristas por una vez en la vida.
Maldigo a los que con saña hicieron de mí un trapo de cocina de un bar de carretera a la altura de Daimiel.


1 comentario:

Ataräxia dijo...

Como siempre muy bueno Raúl, me ha sorprendido la referencia manchega ;)