sábado, 6 de agosto de 2011

Die Änderung kommt

Hoy al despertar, después de por fin dormir, tenía una sensación entre extraña y radicalmente orgullosa. En mi habitación no hay ventanas ni sol. Todo se centraba en mis manos, al decir "mis manos" no pienso en ellas como forma o parte de mi cuerpo, sino en la metáfora. Razono sobre la idea de la posesión espiritual, no es un rollo zen ni nada de eso. He abierto el agua y tenía la sensación de no necesitarla, he ido a mi habitáculo que hace las veces de armario y he sentido que no necesito nada de lo que hay allí. Incluso ni guitarras ni pianos, ni música, ni libros. Es más importante la idea de saber que forman parte de ti a ver que ocupan huecos, más que los que ocupas tú. He despertado con la sensación de felicidad más grande que se presentó frente a mí en varios años. Pesadilleaba con peces muertos y serpientes y martirios, con nidos de abejas sobrevolando mi cabeza, con partes de mi cuerpo que se iban pudriendo y cayendo a una velocidad aterradora sin que a nadie le impresionara. Pero eso está pasado de moda. Ahora sueño. Tengo en "mis manos" razones para sentir que no somos parte de ellos aunque no tengamos la necesidad de autodestruirnos para tener la sensación de ser nosotros mismos. La vida, hermanos, es pura literatura, novelizar vuestra existencia. Tú no estás loca, ni yo estoy loco, es posible que seamos las personas más cuerdas que pisan el planeta. Para respirar entre la lluvia primero has tenido que estar calado hasta los huesos, saber lo que es la lluvia y el barrizal y así podrás ignorarla completamente porque siempre habrá fuego y calor y un bizcocho. Tengo los ojos como platos para ver todos tus movimientos al llegar. Llega el cambio. Y hay una sinfonía increíblemente hermosa que no voy a escribir porque nadie la entendería, pero que tararearé para ti cada mañana.

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