martes, 14 de junio de 2011

Zeit zur zeit

Retroceder dos pasos, como la torre se defiende, es dejarse vencer más tarde, un poco más tarde. No saltar al blanco, obviar la claridad, ese es el peligro, esa es la última jugada. Delante tuya, un borracho, de victoria, detrás tuya, el abismo, infinitos vientos que te llevarán a la muerte por aburrimiento. Puedes dudar por los tiempos de los tiempos, disimular haciendo gestos que los demás crean involuntarios y recuperar tu forma normal para así volver a dudar y darle tiempo al tiempo y más importancia de la que se merece. Cambiar los blancos por negros, darle la vuelta a la reina y meterte bajo la mesa a coger colillas y encenderlas más tarde, un poco más tarde. Respirar profundamente y saber que no hay victoria, que el borracho se está riendo y que tú no estás borracho, estás demasiado sobrio como para que te duela, y te va a doler, te va a doler. Retrocedes dos pasos, al negro, nunca al blanco, alargando la agonía hasta que en un golpe de suerte mueras sin sufrir.

1 comentario:

Cristina Ferreiro dijo...

A veces, en un golpe de suerte, sucede algo que nos distrae y hace que nos equivoquemos, y es entonces que caemos en el blanco.