sábado, 27 de agosto de 2011

Atlas

Y qué importa si en el trayecto me cuentan del porqué de la tristeza de algunos a los que conocí, si al parar en cualquier oscuro rincón a refrescarnos la nuca con agua de gasolinera recuerdo que sigo siendo el mismo tipo sin futuro de siempre. Y si en algún punto entre Granada y Gijón olvido que estoy en esto por dejar un bonito legado a mi paso y no por dinero, qué más dará. Aguanto el sueño como Atlas al mundo a sus espaldas y con un zumo. Dieciocho horas de carretera, dieciocho horas de estancia. Pero tú estás tras la puerta y tras esas treinta y seis horas la abrirás y me preguntarás y te contestaré que no estoy en esto por dinero sino por que tú me recibas con un abrazo cuando vuelva de la otra punta de este ostentoso y rancio país fingiendo que estoy en esto por el arte y no por el dinero. 

No hay comentarios: